Las Meninas y la metapintura o de cómo los cuadros juegan al escondite
En el anterior capítulo de Art Detective hablamos de Felipe IV y de su refinado gusto artístico. Hoy hablaremos de cómo el vínculo de la realeza española con el pintor Diego Velazquez será el acierto más sublime de la historia del arte español y de cómo la pintura de este autor, Las Meninas, tiene unos detalles exquisitos que muy pocos realmente conocen al día de hoy.
Esta pintura se ha convertido en una de las pinturas más importantes del arte universal. El sorprendente lenguaje del cuadro, la organización del espacio y la composición y el juego de espejismo de los personajes, hacen del lienzo una obra maestra que podríamos contemplar durante horas, por eso le vamos a dedicar este texto para desmenuzarlo a detalle.
Entre las muchas técnicas modernas y únicas que utiliza Velázquez, es notorio su talento de “pintar el aire”. Esa peculiar manera de pintar la profundidad y la esencia del espacio así como la realización realista del espacio, es su firma inconfundible.
En Las Meninas, los personajes que miran fijamente al espectador se hallan en una estancia del antiguo Alcázar de Madrid, desaparecido en las llamas del incendio ocurrido en 1734, el cual inhabilitó por completo a la entonces residencia real.
La escena no solo nos transmite algo completamente nuevo: es una de las pocas veces en los lienzos realizados para Felipe IV en los que los protagonistas son los criados en primera línea y los reyes apenas esbozados en el reflejo de un espejo lejano. La escena es, además, un gran homenaje al arte debido a la presencia de muchos cuadros colgando en las paredes.
En Las Meninas, los personajes se encuentran en el conocido cuarto de los espejos del que fue el Alcázar de Madrid, el cual se intuye pudo ser taller de pintura de Velázquez.
En el cuadro, podemos ver los ventanales, el suelo, las escaleras y todo lo que decora la estancia que, en este caso, son cuadros, los cuales solían ser lo que principalmente embellecía –y muchas veces literalmente tapaba– las paredes de los salones.
De este, el lienzo más famoso de Velázquez, se ha hablado y se ha escrito mucho, así que en este caso de Art Detective me quiero centrar en algo que siempre me llamó la atención.
La parte superior del cuadro de Las Meninas está ocupado por algo que a primera vista no se percibe y se ve apenas borroso, casi negro.
Apreciamos varios cuadros enmarcados y, gracias a los estudios llevados a cabo por el Museo del Prado, se han podido identificar dos pinturas: Apolo, vencedor de Pan y Minerva y Aracne.
Ahora, me centraré en la ejecución de los lienzos, o sea en la autoría de los cuadros, y en el lugar dónde se encuentran actualmente.
El lienzo de Apolo, vencedor de Pan, parece ser una obra ejecutada por Juan Bautista Martínez del Mazo, hecho a partir de una copia de un lienzo de Jacques Jordaens que, a su vez, se inspiró en un boceto de Peter Paul Rubens.
¡Vaya!Vamos a ver quienes son estos tres pintores y qué vínculo tienen entre ellos.
El cuadro que estamos analizando, Apolo, vencedor de Pan, es uno de los cuadros realizados para decorar la Torre de la Parada, un pabellón de caza en el Palacio del Pardo de Madrid, para el rey Felipe IV de España.
Peter Paul Rubens, pintor holandés, cuya obra se puede apreciar en diferentes cortes europeas de la época –desde la española a la inglesa; desde la corte francesa hasta los señoríos y ducados italianos–, recibió el encargo de decorar la Torre de la Parada.
Rubens realizó más de 60 obras entre 1636 y 1638 para la Torre de la Parada, las cuales envió desde Amberes, todas junto con su boceto preparatorio.
Cabe destacar que el Museo del Prado posee muchos de estos bocetos entre la colección permanente –o sea las obras expuestas– y los almacenes, donde se guarda un verdadero tesoro de obras no expuestas, así como un extenso número de trabajos de Rubens.
Pero las obras que lucirían en la Torre de la Parada fueron encargadas no solo a Rubens, sino que también a otros artistas, como Jacques Jordaens, y al mismísimo Velázquez.
Jacques Jordaens, pintor flamenco, nativo de Amberes, colaborador de Rubens, trabajó desde Flandes en los encargos de la Torre de la Parada de Madrid y realizó varios que hoy se hallan en el Museo del Prado, como La caída de los Gigantes y Las bodas de Tetis y Teleo.
Cuando Rubens muere en 1640, Jordaens se ocupará de terminar algunos de los cuadros que Rubens no pudo llevar a cabo (véase por ejemplo Perseo liberando a Andrómeda).
Es aquí el estilo parecido, si bien de trazos distintivos el uno del otro.
Juan Bautista Martínez del Mazo fue pintor y discípulo de Velázquez. Será además su yerno, demostrando la gran confianza que el pintor sevillano tenía en él y su talento.
Conocemos varias de sus obras realizadas en la corte española, algunas de las cuales son copias de cuadros del propio Velázquez (véase La Infanta Doña Margarita de Austria) y de Rubens, que se le encargaban para decorar los reales sitios.
He aquí la realización del lienzo de Apolo, Vencedor de Pan presente en el cuarto de los espejos de la escena de Las Meninas, lienzo reconocido como suyo por el Museo del Prado.
¡Caso resuelto!
El tema de la obra, inspirado en uno de los episodios narrados en el libro Metamorfosis de Ovidio, narra el mito de Apolo y Pan, en el cual, los dos dioses se enfrentan en el arte de la música.
El dios Apolo, saldrá vencedor después de haber deleitado las orejas de todos al tocar “la lira, con incrustaciones de gemas y de marfil de la india” (Ovidio).
Pero el rey Midas, que estaba presente en la escena, no estaba de acuerdo con la victoria de Apolo, por lo que este, enfurecido, transformó sus orejas en orejas de burro porque “no tolera que aquellas necias orejas conserven la figura humana” (Ovidio ).
En la obra de Martínez del Mazo aparecen Apolo, coronado por Júpiter, Pan y Midas con las orejas de asno.
La composición sigue el boceto original de Rubens y, como decimos, la del lienzo realizado por Jordaens con apenas unos cambios. El boceto original se encuentra en los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica en Bruselas. El Apolo, vencedor de Pan de Martínez del Mazo está en el Museo del Prado pero no está expuesto al público.
El otro lienzo escondido en Las Meninas representa el mito de Aracne y Minerva, un tema muy desarrollado y contemplado en diferentes obras de arte. En este caso la autoría se atribuye a Rubens, en cuyo lienzo vemos a la diosa Minerva golpeando a la mortal muchacha, enfurecida por el talento y la osadía de Aracne.
La historia de Aracne y su metamorfosis han sido representadas en una obra de Velázquez que una vez más tenemos la suerte de admirar en el Museo del Prado de Madrid. Se trata de Las Hilanderas.
Pero este es otro caso de Art Detective.